viernes, 21 de noviembre de 2008

Modelo de actuación en un Aula Hospitalaria

Las Aulas Hospitalarias, en la actualidad, son muchas y repartidas en todos los hospitales de la geografía española, por lo que cada una de ellas tiene sus propias peculiaridades de trabajo. Sin embargo hay algo que todas tienen en común: el programa de trabajo; es decir, los objetivos, contenidos, metodología, etc., que a principio de cada curso escolar deben de tener en cuenta para poder llevar a buen fin su actividad pedagógica con los niños ingresados en sus respectivos hospitales.

La premisa fundamental en la que se basa cualquier actuación hospitalaria parte de que el niño al que va dirigida es un niño que tiene una serie de condicionantes, como son su enfermedad, está alejado de su ambiente familiar, lejos de sus amigos y no siempre en las mejores condiciones físicas para ir al aula. Por otra parte, si queremos hacer bien un proyecto de trabajo dirigido a estos niños hospitalizados debemos de tener también muy presente otros factores que le rodean y sin los que no sería posible llevar a cabo esta actividad; son los padres, familiares, personal sanitario y médico, etc., que están en todo momento influyendo en el proceso de recuperación del niño y que pueden influir de manera positiva para que éste acuda al aula hospitalaria, animándole, potenciando sus inquietudes de lectura y de juego, inclinarle a seguir desarrollando en el hospital sus aficiones por la pintura, manualidades, etc., y que sin duda encontrarán en el aula. También, existe la posibilidad de que algunos padres influyan de manera negativa en el niño, sobreprotegiéndoles en exceso, pensando que la enfermedad de su hijo le impide asistir al aula o recibir esta actuación escolar en la propia habitación.

Hechas estas premisas conviene precisar la población a la que va dirigida esta actuación y que la vamos a dividir en varios grupos:

Niños de corta hospitalización (menos de 15 días).
Niños de una hospitalización media (entre 15 días y un mes).
Niños de larga hospitalización (más de un mes).
Niños atendidos en el Hospital de Día.
Niños encamados que no pueden desplazarse al aula.

La actuación sobre estos niños debe basarse en el proyecto de trabajo que cada uno de ellos realice en su centro de origen, por lo que la labor de coordinación con estos centros ha de ser continua, bien directamente acercándose hasta el centro o bien a través de la utilización de las nuevas tecnologías, medio muy eficaz por la rapidez en la que puede llegar hasta el maestro del aula hospitalaria la información precisa de cada uno de los niños hospitalizados. En esta labor no se puede olvidar a los padres, quien en ocasiones se pueden convertir en vehículos transmisores de esta información, al mismo tiempo que puede desarrollar una perfecta labor de coordinación entre el centro de su hijo y el aula del hospital, sin olvidarnos, de la importante función orientadora que en un primer momento puede aportar sobre las características escolares y personales de éste.

Vital también en este seguimiento del niño es la información ofrecida por el personal sanitario (médicos, enfermeras y auxiliares), ya que de ellos depende en último extremo la decisión de que el niño asista o no a clase: atendiendo a su estado de salud; el tipo de enfermedad que tiene (si es contagiosa o no); las posibilidades de desplazarse, etc.
Como en todo centro educativo la actuación del maestro de cada aula debe de tener en cuenta a la hora de poner en práctica todo lo comentado en apartados anteriores la premisas básicas en las que se fundamentará, que son los objetivos, los contenidos, actividades y metodología.

Objetivos
Los objetivos que se deben plantear han de tener un marcado carácter educativo-formativo, entendiendo por esto a la puesta en marcha de actuaciones dirigidas a que el niño no sólo alcance los objetivos propiamente pedagógicos, que vienen determinados ya por su propio centro de referencia, sino que se le debe preparar para superar otras situaciones que a lo largo de su estancia en el hospital va a vivir, como es el conocer y superar los efectos sicológicos producidos por la enfermedad; el saber aprovechar el tiempo libre en el hospital; compartir sus experiencias con otros niños; prepararle para su vuelta al colegio; etc. Teniendo en cuenta estas situaciones se nos plantea un gran objetivo, un objetivo general que se puede enunciar así:

Proporcionar atención educativa hospitalaria a los niños que por causa de una enfermedad se ven obligados a pasar largos períodos de tiempo en un hospital.

Junto a este objetivo hay otros muchos más específicos que se pueden concretar en los siguientes:

Continuar, siempre que las condiciones de salud lo permitan, el curriculum establecido con carácter general en el nivel correspondiente a cada niño hospitalizado, realizando en caso necesario las oportunas adaptaciones curriculares.
Alcanzar la consiguiente coordinación entre el Aula Hospitalaria y el centro de procedencia del alumno.
Facilitar la integración del niño en su nivel de escolarización en el momento en que se produzca el final de su período de hospitalización, afianzando su seguridad y autoconcepto a través del proceso educativo desarrollado en el Aula Hospitalaria.
Paliar el retraso escolar en las áreas curriculares ocasionado por la ausencia al centro escolar durante el tiempo de hospitalización a través de la continuidad de las actividades escolares.
Conseguir, a través de las diferentes áreas curriculares que el niño sea capaz de valorar y situar correctamente las dimensiones reales de su enfermedad, evitando que se produzcan procesos de angustia y aislamiento.
Facilitar la integración y comunicación del niño hospitalizado con otros de sus mismas características, para alejarlo del aislamiento que pueda producirle su dolencia.
Estimular la asistencia al aula hospitalaria y su participación dentro de ella.
Desarrollar su creatividad presentando alternativas pedagógicas que permitan la expresión y liberalización de sus conflictos psicológicos (Síndrome de Hospitalismo).
Dar un carácter positivo y un contenido formativo a los tiempos libres y de ocio en el hospital.
Diseñar y desarrollar actividades de carácter formal e informal, que ayuden a mejorar la atención educativa del niño hospitalizado y su estado en el aspecto psico-afectivo.
Fomentar las técnicas artísticas en el niño, para que a través de ellas aumente su rendimiento escolar.
Utilizar los medios tecnológicos (Internet) para favorecer el desarrollo afectivo, social y comunicativo de los alumnos.

Metodología
Llegado el momento de adoptar unos determinados criterios metodológicos se tendrá en cuenta, como punto de partida, la especial situación en la que se encuentra el niño hospitalizado: alejado de su ambiente familiar, pero con las mismas inquietudes y el mismo proceso educativo que cualquier otro niño escolarizado y teniendo en cuenta que la base de este trabajo será la propia programación del aula de origen de cada niño. De ahí que los criterios metodológicos a seguir sean los siguientes:

Globalizadores
Las distintas actividades programadas deben partir de un criterio globalizador, en el que los contenidos se estructuren en torno a unos ejes muy concretos, que partan del propio medio sanitario en el que los niños se mueven. El aula se debe convertir, de esa manera, en un lugar en el que confluyan los recursos que aporta el niño de su centro de origen, con los propios del Aula Hospitalaria.

Personalizados
La atención que reciba cada niño ha de ser personalizada, adecuada a la edad y a su nivel escolar, así como a sus condiciones afectivas y de salud. El Aula Hospitalaria se adaptará a la programación establecida en el centro de origen de cada uno de los niños hospitalizados limitándose ésta, en todo caso, a adaptar aquellas tareas curriculares que considere oportunas.

Participativos
En todo este proceso será de vital importancia, como ya quedó reflejado en otro apartado, la relación que se debe de tener con otros agentes dentro de este proceso educativo en el que se va a ver inmerso el niño en el hospital y su participación en aras de alcanzar los objetivos establecidos.
En primer lugar, las familias, que se convertirán en el primer nexo de unión con el centro de origen del niño, no sólo para informar acerca de la evolución escolar de su hijo, de cómo se enfrenta al trabajo diario, etc., sino que además es la primera persona que ofrece información directa de cuál es su estado de ánimo.
En segundo lugar, el personal sanitario, que son los encargados de ofrecer información técnica, relacionada con la salud del niño y acerca de si es oportuna su asistencia a clase o, por el contrario, se le aconseja que se quede en su habitación y reciba la atención escolar en ella.
Por último, los profesores del centro de referencia del niño, en especial de su tutor, ya que de ellos se obtendrá la primera información acerca del rendimiento escolar del niño y cómo debemos proceder durante su estancia en el hospital.

Significativos
El profesor del aula hospitalaria tendrá muy en cuenta a la hora de comenzar el trabajo con los nuevos alumnos la construcción de aprendizajes significativos, donde se tenga muy en cuenta tanto los conocimientos aportados por el niño al llegar al hospital como los nuevos conceptos recibidos en el aula hospitalaria.
En este proceso es muy importante las interrelaciones que se puedan dar entre el alumno y el profesor, de ahí la necesidad de que la comunicación entre ambos sea fluida y de que exista en el aula un ambiente distendido, en el que el alumno se encuentre feliz y relajado, sin tensiones ni angustias y donde se sienta valorado y querido no por su enfermedad, sino por ser una persona.

Motivadores
Con el fin de que las actividades propuestas sean más interesantes y más fáciles de alcanzar para el alumno, el maestro del aula debe poner a disposición de éste todos los medios precisos, tanto los recursos plásticos como los intuitivos. De esta manera el niño se encontrará más motivado y con ganas de asistir al aula a continuar con normalidad sus tareas escolares.

Socializadores
Del mismo modo, se beben de atender la necesidad de socialización que todo niño tiene, incluso en los momentos en los que está apartado de su medio social más próximo: su familia, sus amigos, etc. Es en esos momentos cuando más se debe de prestar atención a las actividades en grupo, cuyo fin no es otro que lograr la comunicación y amistad entre los niños ingresados.

Flexibles
Por último, y dada la situación tan especial en la que se encuentran los niños en estas aulas, enfermos y lejos de su ambiente, así como la diversidad de cursos y edades a los que va dirigida esta actuación, los criterios metodológicos utilizados serán flexibles, ajustando las actividades al ritmo de trabajo de cada uno de ellos.

Actividades
El desarrollo de las actividades en un Aula Hospitalaria partirá siempre de una premisa fundamental y que ya se viene apuntando a lo largo de todo este artículo: el seguimiento del curriculum establecido con carácter general en el nivel de referencia de cada niño hospitalizado, limitándose el profesor de cada una de estas aulas a realizar las oportunas adaptaciones curriculares. El programa de trabajo debe ser el marcado por el propio colegio de origen del niño, de tal manera que pueda seguir el ritmo de una clase normal, si su salud se lo permite. Ahora bien, eso no debe suponer un obstáculo a que en las aulas hospitalarias se apoyen aquellos procesos educativos tendentes a potenciar la creatividad de esos alumnos y que van muy relacionados con la intensificación de las actividades de Expresión Artística, considerando que todo tipo de manualidad va acompañada de una serie de disposiciones por parte del alumno:

Concentración y aumento de la autoestima.
Relajación, para mantener el equilibrio emocional.
Fomento de la creatividad y el sentido artístico y cromático.
Perfeccionamiento de la habilidad manual.

La ejecución de las actividades que se llevarán a cabo en este aula se realizarán parte de forma individual y parte en equipo. En este sentido se potenciarán todas aquellas actividades que conlleven realizar un trabajo en común, ya que la cooperación entre los niños y, especialmente, entre los que están hospitalizados es fundamental para su integración dentro del espacio hospitalario.

Asimismo, es fundamental en el desarrollo de estas actividades la utilización de las nuevas tecnologías, que se han convertido en los últimos años en un agente motivador de primer orden.

Evaluación
Al igual que en un centro escolar más la actividad educativa del aula hospitalaria debe llevar a cabo la evaluación de los alumnos. Sin embargo, en muchas ocasiones esto no va a resultar nada fácil dado el carácter de los niños ingresados ya que en algunos centros hospitalarios la mayoría de éstos son de corta o media estancia. No obstante y a pesar de las dificultades expuestas para establecer unos criterios de evaluación ésta se llevará a cabo, partiendo del trabajo diario de cada uno de los alumnos, teniendo en cuenta los objetivos específicos que han de conseguir y que quedaron fijados con anterioridad.

Partiendo de esta premisa y teniendo en cuenta las especiales circunstancias del niño hospitalizado, el maestro del aula hospitalaria concederá una jerarquía mayor, a la hora de evaluar, a la importancia que de su propio trabajo tenga el niño, de forma que sepa autoevaluar, con la ayuda del profesor, aspectos como su asistencia a clase, su rendimiento dentro de ella, etc. Asimismo, se reforzará cada uno de sus logros, mientras que se minimizarán los errores cometidos, tratando, con todo ello, de motivar al niño para la consecución de todas las actividades que durante su estancia en este Aula se le planteen.

El proceso evolutivo de cada niño, en especial de aquellos que vayan a estar ingresados durante un tiempo más prolongado, debe pasar por las siguientes fases:

Evaluación inicial: recogida de datos que nos proporcione la información necesaria para conocer la situación de partida de cada niño. En esta primera toma de contacto se tendrá muy en cuenta la información proporcionada por los padres y familiares de cada niño, que se hará de forma oral y, si fuera preciso, porque la enfermedad del niño requiera una estancia en el hospital más prolongada entonces sería el profesor-tutor del niño el encargado de dar a cada profesor las pautas a seguir. Este primer contacto permitirá seleccionar el tipo de tareas a realizar y que, sin duda, se confirmarán a partir de la realización de las primeras tareas propuestas.

Evaluación del proceso de aprendizaje que tendrá un carácter continuo y formativo.

Evaluación final que se emitirá por escrito cuando se dé el alta al niño, y cuyo principal objetivo será el de dar información al profesor-tutor sobre la programación seguida con el alumno durante la hospitalización y sobre todos aquellos datos de carácter cualitativo que se consideren pertinentes para situar correctamente al tutor respecto a su alumno. Este informe se emitirá sobre aquellos niños cuya permanencia en el hospital sea muy prolongada.
En todo este proceso y en los casos de aquellos niños que requieran un período de hospitalización más prolongado el maestro del aula hospitalaria estará en permanente contacto con el profesor-tutor del centro de origen de estos niños, para que las actividades realizadas en el aula sean conocidas y avaladas en todo momento por dicho tutor. De esta manera, la vuelta del niño a su colegio, desde el punto de vista escolar, será tranquilo y sin sorpresas desagradables.

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